
Phil Spencer ha revelado que la ultima actualización de los kits de desarrollo de Xbox One ya permite acceder a ese 10% del ancho de banda de la GPU reservado hasta ahora para Kinect. Esto significa que los juegos que prescindan por completo del periférico podrán usar una mayor potencia de proceso que podrán destinar a mejorar la calidad visual del título.
No se sabe hasta qué punto esto afectará al periférico, puede que sea simplemente una detección menos precisa de movimientos o que se elimine por completo (recordad que aunque un juego use el pad tradicional, Kinect siempre está pendiente de gestos relativos a la interfaz de la consola). Tampoco está claro si el micrófono seguirá recibiendo comandos de voz mientras este ancho de banda esté ocupado. De hecho puede que a partir de ahora veamos bastante a menudo el mensaje “Las características de Kinect no estarán disponibles durante la ejecución de este juego” impreso en la pantalla de carga y en las caratulas de futuros títulos.
Todo esto choca de frente con las declaraciones de Microsoft en las que afirmaba que la Xbox One seguiría siendo mejor gracias a Kinect y que no pensaban compensar a los early adopters porque tener Kinect implica disfrutar de una experiencia premium. Veremos finalmente cuanto se aprecia este aumento de rendimiento y como de relegada al olvido queda nuestra querida camarita.
June #XboxOne software dev kit gives devs access to more GPU bandwidth. More performance, new tools and flexibility to make games better
— Phil Spencer (@XboxP3) June 4, 2014