Mario Golf: World Tour
DannySP
Nintendo 3DS
Camelot Software Planning
Nintendo
39,95€
Un Mario rechoncho, desconfigurado y pixelado aparecía en la portada del primer Golf de NES, que podría considerarse la antesala de lo que, más de una década después, llegaría a Nintendo 64. Desde entonces, Camelot se ha encargado del desarrollo de todos los títulos de la franquicia, desde el primer Mario Golf de de sobremesa, pasando por el homónimo desarrollado para GameBoy Color, Mario Golf: Toadstool Tour para GameCube, el penúltimo que recibimos hace justo 10 años para GameBoy Advance, y cuyo nombre era Mario Golf: Advance Tour, hasta llegar al protagonista de esta review, Mario Golf: World Tour.
A diferencia de los primeros Golf y Mario’s Open Golf para la 8-bits de Nintendo, Camelot consiguió darle una vuelta de tuerca al simple modo de juego tipo simulador, que consistía básicamente en colocar al personaje, contrarrestar la dirección del viento, y ejecutar los golpes con cierta precisión dependiendo del terreno donde nos encontráramos. Ellos consiguieron fusionar elementos de RPG con un simulador de golf, mezclado y agitado con el mundo Súper Mario y perfumado con mucha fantasía, golpes imposibles y mil posibilidades. Esto lo pudimos ver por primera vez en Mario Golf de GameBoy Color, y desde entonces la saga ha evolucionado hasta llegar al mejor Mario Golf hasta la fecha.
Posibilidades y capacidades casi infinitas
Personalmente nunca había visto tanto contenido en un juego de Mario Golf, me atrevería a decir que ni siquiera en ningún juego de las múltiples disciplinas deportivas de Mario como el baloncesto, tenis, fútbol o baseball. Nos abrumará descubrir los números, casi nada más empezar dispondremos de 126 hoyos para entrenar y competir, y casi al mismo tiempo nos ofrecen comprar un DLC en formato de “pase de temporada” por 12€ que casi doblaría esa cantidad. En cualquier caso, el lastre de ofrecer un DLC nada más haber iniciado el juego, no empaña la gran cantidad de opciones que tenemos en Mario Golf: World Tour, no existe la sensación de que hayan recortado el juego para después vendértelo por fascículos.
En cuanto a los hoyos, podemos hacer dos diferenciaciones, por un lado los hoyos más realistas y parecidos a un simulador, los clásicos hoyos de bosque, zona costera, paraje otoñal, etc… Y por otro lado los hoyos más fantasía, desarrollados en mundos de Mario World, con monedas que recoger por todas partes y la posibilidad de usar items especiales durante los lanzamientos. Entre ellos, la Flor de Fuego, para atravesar árboles y arbustos, Setas que añaden un acelerón a la pelota cuando caiga, Bill Bala para dirigirla en línea recta y avanzar lo máximo posible, etc. Siempre pudiendo decidir el momento para utilizarlos y añadir un toque estratégico más.

Esto es mejor que ir a Zara en periodo de rebajas…
Aparte de superar los campeonatos y hacer la mejor puntuación en todos los hoyos, una de nuestras tareas y satisfacciones será desbloquear los cientos de prendas de ropa, accesorios y equipación para vestirnos a nuestro gusto y ajustar en cierta medida las capacidades de nuestro personaje. Camisetas, shorts, gorras, guantes, pelotas, palos y conjuntos, con diseños de lo más variopinto, e incluso disfraces de personajes.
Dificultad y retos al alcance de cualquiera
Aparte de poder decidir con qué ropa y accesorios vestir, los ítems que usar y el swing con el que tirar, el juego pone a nuestra disposición dos modo de control para que nos adaptemos desde el minuto uno. Por un lado el modo automático, donde únicamente tenemos que preocuparnos por controlar la potencia y dirección de la bola, siempre teniendo en cuenta el terreno, la velocidad y dirección del viento, y el palo con el que golpear. Mientras que en el modo manual, aparte de todo lo anterior, podremos elegir la parábola que le daremos a la pelota utilizando el lápiz táctil (tendremos que ser más precisos en cuanto a la barra de dirección), darle un efecto de Top Spin o Back Spin con según qué combinación de botones pulsemos, el tipo de putt, etc. Un modo creado, sin duda, para los más experimentados o aquellos que el modo automático se les quede pequeño en algún momento.

Disparidad a tope, Donkey Kong en Yoshi’s Island. Y una bola roja de regalo ;)
Otra opción que me parece interesante es el nivel de handicap que nos propone el juego desde el principio, de hecho lo primero que tenemos que hacer es realizar una prueba en la que se determinará nuestro handicap inicial. A partir de ahí, nuestra puntuación en los campeonatos se verá afectada directamente por esta característica, la cual igualará las posibilidades de los jugadores nóveles con las de los más experimentados.
Gracias a las múltiples posibilidades del juego, podremos enfrentarnos en solitario a un buen número de retos, como hoyos en un número determinado de lanzamientos, recoger monedas, apuntar a un aro flotante… Aunque lo verdaderamente emocionante son los Campeonatos On-Line, que jugaremos en una serie de hoyos predefinidos contra miles de jugadores de nuestra región. Se celebran semanalmente, y aparte de medir nuestra pericia con los palos, se nos premiará con ítems exclusivos, algunos incluso serigrafiados y patrocinados por marcas reales. Aparte de eso, el modo on-line también nos permite crear salas privadas con nuestros amigos, e incluso jugar en modo local, para lo que cada uno también tendrá que disponer de su propia copia del juego.

Necesitaremos llegar a cierto nivel para conseguir un handicap que nos califique como profesionales.
Un aspecto técnico decente pero con falta de chispa
Gráficamente el juego parece sacado de GameCube, la 128 bits de Nintendo, con unos modelos de personajes realmente trabajados a nivel de polígonos y animaciones, es lo que más me ha llamado la atención en este aspecto. El resto de elementos y el diseño artístico del título se quedan en un “más que correcto” pero sin llegar a destacar en nada concreto. Evidentemente existen excepciones, como la recreación de algunas habitaciones, por ejemplo la tienda, algunos elementos individuales, como los setos con forma de personajes repartidos por el lobby, o el diseño de algunos hoyos, como el inspirado en las profundidades marinas. Sin embargo los detalles no mejoran el conjunto, que aun estando por encima de lo esperado, podía haber sido algo mejor.

Mención especial a las secuencias animadas cuando nos marcamos un Eagle.
En cuanto al sonido, tampoco nada relevante o notable, repito de nuevo que todo suena simplemente correcto, no hay nada que destacar, si acaso las voces en español del comentarista de la jugada, y lo destaco por la traducción a nuestro idioma ya que el tío que hace el doblaje suena un poco a “pavisoso”. Las melodías son las típicas de un juego de golf, ni fu ni fa, muchas suenan a música de ascensor y la mayoría acaban siendo repetitivas. Gracias a dios tenemos la opción de silenciarla en los ajustes si en algún momento nos llegara a molestar.
• Los torneos on-line
• La gran cantidad de coleccionables
• La variedad de posibilidades de control
• Los modelajes de los personajes
• Puede resultar monótono tras pocas horas
• El sonido pasa muy desapercibido