Donkey Kong Country: Tropical Freeze
Locke
Wii U
Retro Studios
Nintendo
49,95€
Donkey Kong Country Returns fue una de las alegrías más grandes que nos dio la Wii. Una joya jugable que tiraba de nostalgia para atraer al gran público y terminaba enganchando gracias a su fantástico apartado técnico, una jugabilidad old school sólida como una roca y un diseño de niveles que podía permitirse mirar por encima del hombro a las últimas entregas 2D protagonizadas por Mario sin ningún problema. No es de extrañar que estuviéramos como locos esperando su secuela, que además tiene la pesada misión de reanimar una consola que no está pasando por su mejor momento. ¿Lo conseguirá?
La primera sensación al coger el mando es la de estar jugando a una versión en alta resolución del juego aparecido para Wii y hace falta poner el ojo en cosas como el pelaje de los monos o el nivel de detalle de los fondos para darse cuenta de una evolución técnica que, aunque existente, es casi inapreciable. No es que sea inapreciable por falta de trabajo o de potencia sino porque, como ya comentábamos en nuestro análisis de Super Mario 3D World, las consolas actuales han superado el límite de lo que el aspecto cartoon es capaz de ofrecer y por tanto este tipo de juegos han tocado techo técnico, dependiendo únicamente de su diseño artístico para ofrecer un mejor o peor aspecto. En este caso el diseño artístico es impecable, lo que lleva a un apartado técnico que raya la perfección.
El apartado jugable sí que cuenta con más novedades, aunque tampoco muchas. Por una parte tenemos el regreso de las fases acuáticas, una constante en la saga que se saltó la anterior entrega y que ahora vuelve con un nuevo control bajo el brazo: en lugar de pulsar el botón de salto repetidamente para nadar hacia la superficie al estilo Mario, nuestros monos se moverán automáticamente en la dirección hacia la que apuntemos con el analógico de forma similar a como lo hacía Engarde, el pez espada de los anteriores juegos. Es un cambio a mejor que hace que los abundantes niveles de agua sean mucho más agradables de recorrer, lo cual compensa la otra novedad que traen estas secuencias: un medidor de oxígeno que seguro que a alguno le despertará viejos traumas infantiles. Por fortuna el aguante pulmonar de Donkey y compañía es digno de elogio y las burbujas de suministro de oxígeno son bastante abundantes así que, y perdonad por el chiste fácil, podéis respirar tranquilos.
La otra gran novedad del juego es que por primera vez en la saga Country habrá más de dos monos controlables: repiten Donkey y Diddy y se incorporan Dixie y Cranky. Su participación es la misma que en Donkey Kong Country Returns, actuando a modo de power ups que nos proporcionarán dos corazones extra y conferirán a Donkey una nueva habilidad mientras mantengamos al menos uno de esos corazones en nuestro contador de vida. Estas habilidades no solo son una ventaja tremenda para superar algunas de las zonas más complejas del juego ya que nos permiten mantenernos unos segundos en el aire o saltar sobre pinchos, sino que en ocasiones serán necesarias para conseguir las esquivas piezas de puzle que están escondidas en cada nivel y que son necesarias para completar el juego al 100%. Un 100% que por cierto os avisamos que no va a ser nada fácil de conseguir.
Retro Studios es de las pocas desarrolladoras que se atreven a ignorar la tendencia hacia el facilismo que sufre la industria y es todavía más destacable tratándose de un estudio propiedad de Nintendo. No veremos ninguna superguía, personajes invulnerables o checkpoints cada dos pasos en este juego sino todo lo contrario. Tras unos primeros niveles de toma de contacto el juego se convierte en una sucesión de niveles que sorprenden por su longitud maratoniana, sus enemigos hábilmente colocados (la mayoría de las veces a joder) y por introducir en cada uno de ellos una nueva trampa que nos descoloque y nos haga perder unas cuantas vidas mientras nos acostumbramos a su mecánica. Por si eso fuera poco, mientras andamos con cien ojos saltando abismos, adivinando rutinas y esquivando peligros tenemos que estar pendientes de buscar los objetos escondidos en cada nivel. Un suelo levemente agrietado, un barril apenas visible o una hilera de plátanos extrañamente colocados serán las pistas que nos guíen hacia los más de diez secretos que esconde cada fase. Y no basta solo con localizarlos, no; luego hay que tener la habilidad para conseguirlos y muchas veces se trata de una única oportunidad la que si desaprovechamos nos obligará a perder una vida para volver al último checkpoint para así poder intentarlo de nuevo. Teneis que reconocer que últimamente no se ven cosas así muy a menudo.
Si lo que nos va es jugar en compañía, tenemos la oportunidad de compartir todas estas victorias y fracasos (sobre todo fracasos) con un compañero de desventuras que controle al segundo mono, pero os advertimos que, al contrario que en otros muchos juegos donde el multijugador vuelve más fácil la experiencia, este modo cooperativo convierte el juego en algo todavía más cruel ya que cada uno sólo podrá tener un máximo de dos corazones, Donkey pierde la capacidad de disfrutar de las habilidades de sus familiares y la sincronización entre los jugadores tiene que ser perfecta para superar los abismos más mortíferos ya que aquél que se quede atrás estará condenado a una muerte segura. El multijugador de Donkey Kong Country: Tropical Freeze multiplica la diversión, pero también puede destruir alguna que otra amistad. Luego no digáis que no os lo advertimos.
Cabe la posibilidad de que leyendo este análisis hayáis tenido una pequeña sensación de déjà vu, y con razón ya que el punto más flojo de Tropical Freeze es que es prácticamente el mismo juego que fue en su día Donkey Kong Country Returns. El leve upgrade gráfico, las fases acuáticas o los dos nuevos monos no aportan la frescura suficiente (más cuando Dixie es prácticamente un clon de Diddy en manejo) y ni siquiera el mando se esfuerza por recordarnos que estamos ante una nueva versión ya que permanece apagado en todo momento. Al final nos encontramos con una expansión del original, con un montón de nuevos y geniales niveles, sí, pero sin las novedades y la frescura que exigimos a una nueva entrega y sobre todo tras un salto de generación. Estamos ante un juego que podría haber salido en Wii sin ningún problema, y esto nos lleva a la respuesta a la pregunta que formulábamos en el primer párrafo: ¿Puede ser Donkey Kong Country: Tropical Freeze el juego que nos venda una Wii U? Desgraciadamente la respuesta es no, pero lo que está claro es que los afortunados poseedores de la consola lo van a disfrutar como enanos.
Esto me suena…
La música de este juego es un auténtico homenaje a la saga. Junto a las geniales melodías nuevas se han recuperado varias de las mejores músicas de las entregas clásicas y se han versionado para adecuarse a los estándares de sonido actual. Así podremos volver a disfrutar de temas como Aquatic Ambience, Lockjaw Saga o Stickerbrush Symphony que traerán gratos recuerdos a los más fans mientras deleitan los oídos de los recién llegados.
Los niveles siempre van incorporando novedades para mantener la frescura.
Poder jugar como Cranky Kong.
Es demasiado parecido a la versión de Wii.
No utiliza el mando de Wii U para nada.
La diversidad de zonas y vehículos que podemos ver durante el juego.
La magnífica banda sonora con canciones de las anteriores entregas remezcladas.
La imposibilidad de utilizar el GamePad como pantalla accesoria.
En algunas ocasiones se hacen demasiadas largas las fases.
Por el momento a mi me esta gustando muchísimo. Si ya me encantó el DKCR de Wii, este sigue la misma estela de diversión y piques (sanos o no :P). Una lástima que saliendo para Wii U no haga absolutamente ningun tipo de uso sobre el GamePad. Para eso podrían haberlo sacado en Wii y haberle dado alguna alegría a más de un niño…
Yo aún no lo he jugado pero una de las cosas que a priori mas me atrae de este juego es precisamente la música… Las BSOs clásicas de DKC eran increíbles y el remasterizado de Jungle Freeze tiene que molar un montón.
Son sólo 4 o 5 remasters, pero las nuevas también molan un huevo
La banda sonora, con algunos temas clásicos y otros nuevos que verdaderamente merecen la pena.
Disfrutar de un DK en HD
Que finalmente sólo haya llegado en 720p.
El juego es demasiado corto si eres demasiado bueno jugando.
Algunos movimientos son difíciles de ejecutar con el mando.
Sin duda este DK es un grandísimo juego, pero yo espero mucho más de Wii U.
Pues vas de craneo xDD