Unirally (Uniracers)
DannySP
Super Nintendo
Unirally (también conocido en América como Uniracers) es un juego de carreras de monociclos desarrollado entre DMA Design (que después pasarían a llamarse RockStar North) y Nintendo of America. Se puso a la venta en 1994 para la consola Super Nintendo y tuvo que retirarse del mercado un tiempo después debido a una demanda interpuesta por Pixar Animation Studios, al considerar un plagio del diseño de Red, el monociclo de su corto Red’s Dream publicado en 1987.
Unirally es un juego técnicamente a la altura, la animación de los monociclos se constituye con más de 2500 sprites pre-renderizados en 3D, una técnica que popularizó Donkey Kong Country en 1995 pero que fue pionera en el juego que hoy analizamos, un año antes, en 1994. Unirally derrocha originalidad por los cuatro costados y nos invita a disfrutar de una fusión entre juego de carreras y plataformas como nunca antes se había visto, donde prima la velocidad adquirida al realizar acrobacias, para ganar la carrera a nuestro rival. Un juego frenético y muy rápido, aunque pensado para jugar durante cortos periodos de tiempo debido a la sensación de monotonía que pueda causar el diseño de los circuitos. Aun así, Unirally le ofrecerá horas de diversión a aquellos que sepan apreciarlo.
DannySP /9/ A veces no sabemos valorar las cosas simples, las ideas sencillas; no sabemos valorar las sensaciones, la innovación, la originalidad… Como narra el genial corto de Pixar “Día y Noche”, y cito la frase: “Miedo a lo desconocido. Miedo a las nuevas ideas … Eso obliga a todos a quedarse con lo que ya conocen. Y para mí, las cosas más bellas el universo son las más misteriosas.” Muchos jugadores, sobre todo los tradicionales, tienden a pensar de esa manera y evitan jugar a todo lo que se aleje de la norma. Yo pienso todo lo contrario, y no puedo dejar de aplaudir a Unirally en muchos de sus aspectos, pero sobre todo a su original planteamiento y a su inmensa diversión. Unirally fue y es un juego “raro” e incomprendido, y maltratado por muchos al no saber situarlo en un género concreto, pero es una joya de la jugabilidad que pocos han sabido pulir para disfrutarlo como es debido. Puede que Unirally no sea perfecto, pero consigue lo que quiere, no le hacen falta más que un par de monociclos en pantalla, unas pistas serpenteantes, muchas acrobacias y 60 imágenes por segundo para divertir al público de antaño y al que hoy estaría centralizado en el mercado móvil. Creo que si ahora se re-lanzara para móviles (perfectamente viable en pantallas táctiles debido a su sencillez de manejo) sería un gran éxito de ventas. Unirally marcó estilo, y si no que se lo digan a Tiny Wings.
Peder /4/ Unirally es un juego de carreras que hoy en día no tiene nada que aportar salvo su originalidad. Originalidad en planteamiento, ya que al fin y al cabo son carreras de monociclos, pero sobre todo, originalidad jugable. En Unirally las carreras se viven desde una perspectiva lateral y todos los monociclos tienen la misma velocidad. Es decir, corremos por unos circuitos que son poco más que una línea que serpentea por la pantalla y donde quién gana o pierde la carrera depende exclusivamente de la ejecución de trucos en el aire (que dan un impulso extra si aterrizamos bien) y nuestra capacidad para intuir los peligros del circuito. Esta intuición en realidad se basa en descifrar el código de colores de la pista, lo que elimina la necesidad de aprenderse los escenarios de memoria. ¿Original? Sí. ¿Divertido? No demasiado. Le doy crédito a Unirally por su duración, con 40 circuitos y distintos niveles de dificultad además de su multijugador, le doy crédito porque se mueve a gran velocidad para la época y le doy crédito por un sensacional diseño de niveles, que exprime al máximo una idea tan sencilla. Pero a pesar de todo ello, sigue siendo un juego que no me divierte. Una vuelta de tuerca a Excitebikes a la que no le ha sentado demasiado bien el paso del tiempo.
Locke /6/ Unirally es un producto muy original que da un enfoque fresco al género de carreras al trasladar la vista cenital clásica de la época a una perspectiva lateral más cercana asociada a los plataformas. Su jugabilidad combina hábilmente la destreza necesaria para realizar acrobacias con la rapidez de reflejos que se necesita para anticipar los peligros que pueblan la pista, aunque la velocidad de las carreras es tan rápida que muchas veces tendremos que realizar un importante ejercicio de memorización, sobre todo en los circuitos más avanzados. Los monociclos protagonistas son muy simpáticos y están bien animados pero contrastan con la simpleza de los escenarios que consisten siempre en la misma pista de franjas de colores sobre fondos prácticamente planos, lo cual da una sensación de monotonía y vuelve el juego repetitivo. También se echan en falta power-ups, más tramos especiales y más rivales en pista para hacer el modo de un jugador más atractivo. Sin embargo el multijugador sigue siendo una excepcional fuente de piques incluso después de todos estos años.
Sergitron /5/ Recuerdo haber jugado a Unirally en mi flamante Super Nintendo hace ya muchísimos años (seguramente en un préstamo o alquilado), ya en su momento, no me fascinaba demasiado jugarlo pese a lo original de la apuesta de este título de carreras con monociclos, y es que el juego se divide en 2 tipos de pruebas: las pruebas de acrobacia y las carreras clásicas. En ambos modos seguimos con la misma premisa, el objetivo claro de llegar el primero a la línea de meta aprovechando las piruetas y acrobacias, con el objetivo de hacerlas correctamente y conseguir ese impulso extra para poder vencer. El problema no es el juego, son los repetitivos y monótonos circuitos que tiene Unirally y su repetitiva mecánica, porque cuando llevas 15 minutos jugando te parecerá estar situado en un bucle infinito, como en un callejón sin salida. Los monociclos sólo se diferencian por el color y los circuitos son muy parecidos artísticamente hablando, y eso no ayuda. Tampoco ayuda ese música tan cañera y rockera, no hay mucha variedad de canciones, pero el estilo machacón sólo conseguirá aturdirte más y más. En los noventa puede que tuviera ese punto, incluso que fuera adictivo jugarlo a dobles con algún colega (realmente es el gran aliciente que tiene), rescatarlo hoy día no me parece demasiada buena idea.