Assassin’s Creed 4: Black Flag
Sergitron
Ubisoft Montreal
Ubisoft
69,95€
La madurez de una saga
Ubisoft cuenta con grandes franquicias en la actualidad siendo, probablemente, la compañía de videojuegos más en forma de todo el panorama consolero. Pero si hay una saga que destaque entre todas las que tiene, sin duda sería la de Assassin’s Creed, que ya cuenta con la friolera de seis entregas centrales (contando la que nos ocupa) aparecidas en consolas de sobremesa. Su anterior título, Assassin’s Creed 3, no encajó del todo bien entre los fans de la saga, ya que argumentalmente era bastante flojo. La Guerra de la Independencia Americana es una temática bastante “personal” con la que es complicado empatizar, sobretodo si no eres yanqui y no te envuelve ese aura patriótica que destila el juego. Aparte, el protagonista de la historia -Connor- no “llenaba” mucho en cuanto a carisma y personalidad se refiere, sobretodo si lo comparábamos con Altaïr o con Ezio. Pero no todo era negativo en AC3, ya que jugablemente era muy divertido y pese a sus diversas carencias (como La Frontera y su senderismo hardcore) no dejaba en tan mal lugar a la saga.
Assassin’s Creed 4: Black Flag empezó a forjarse gracias a su predecesor, directamente en los minijuegos navales incluidos a modo de extra donde controlábamos un barco y su tripulación con el objetivo de completar diversas misiones navales, tales como persecuciones, batallas contra otros barcos, asaltos, etc… Misiones cortas y directas que servían como añadido y que mostraban uno de los elementos jugables más interesantes de Assassin’s Creed 3.
Assassin’s Creed 4: The Wind Waker
Al jugar por primera vez a este Assassin’s Creed 4: Black Flag, notaremos una especie de déja vu. Nos resultará todo muy familiar en cuanto a mecánicas de juego (si has jugado a los anteriores, sobretodo al AC3).La reutilización del motor gráfico visto en el anterior juego queda patente en todo momento, aunque tiene ciertas mejoras en cuanto a físicas y refinamiento, la ausencia de bugs es buena prueba de ello. Recientemente ha sido nombrado mejor juego de aventuras del año 2013 en los premios VGX, y no ha sido ganador por casualidad. Jugablemente es aún más divertido y completo que su predecesor, contiene un perfecto equilibrio en cuanto a extensión jugable en la proporción tierra/mar (60/40). Assassin’s Creed 4: Black Flag es, quizás, el juego más ambicioso de la saga, con un extenso contenido a nivel de misiones secundarias y sobretodo a nivel de coleccionables, tales como encontrar cofres secretos, reliquias Maya, fragmentos del Animus, salomas, partituras, atalayas, mapas secretos, etc..
Surcar el Caribe en nuestro barco -bautizado como Jackdaw- es toda una gozada. Jugablemente el barco toma un protagonismo tan importante como el Mascarón Rojo lo tuvo en The Legend of Zelda: The Wind Waker. Es el eje de la aventura, la piedra angular donde se sitúa la base jugable de AC4 y gracias a la cual podremos visitar más de 75 islas inexploradas, más de 50 localizaciones y 3 grandes núcleos urbanos, mezclando de manera brillante la selva con parajes civilizados, ruinas Mayas… En definitiva, tendremos a nuestra disposición un enorme mapeado sandboxiano intercalando entre islas y mar, lleno de coleccionables y secretos por descubrir como nunca antes se ha visto en la saga, por lo que tendremos que invertir una cantidad de horas bastante considerable para conseguir terminar el juego con el 100% de sincronismo.
Las batallas navales contra fragatas y demás barcos que encontraremos en el Mar Caribe, han mejorado a lo visto en AC3 con más libertad de movimientos, una nueva cámara, mejoras en el apuntado de cañones pesados y ligeros y la inclusión del catalejo; con el que podremos divisar nuestros objetivos a lo lejos y también su estatus, para que las batallas nunca sean a ciegas.
La trama está situada en el año 1715, en plena edad dorada y cuna de la piratería, localizado en el Caribe unos 40 años antes a los sucesos acontecidos en Assassin’s Creed 3. El protagonista esta vez no es otro que Edward Kenway, abuelo de Connor, por lo que la historia sirve de precuela a la 3ª entrega de la saga. El argumento gira de primeras en torno a Edward, que por caprichos del destino acaba metiéndose de lleno en la trama de asesinos y templarios, casi sin querer. Una trama que destaca por su simpleza, pero que poco a poco te irá sumergiendo y no querrás parar de jugar hasta descubrir el tremendo desenlace final a través de las 12 secuencias disponibles en la aventura.
Un pasito más en el apartado técnico
Gráficamente bebe directamente de AC3, pero el trabajo realizado aquí por Ubisoft no ha sido sólo implementar el motor gráfico y cambiar skins. El juego está bastante más pulido en todos los aspectos. Aquí veremos extensos mapeados llenos de vida, una paleta de colores acorde a la belleza de los paisajes y que a veces te hará querer detener el juego durante un momento para admirar los fantásticos y paradisíacos paisajes de este Assassin’s Creed 4. Ese refinamiento del motor gráfico se hace notar sobretodo en la ausencia de bugs (al menos, yo no me he encontrado ninguno) y en las mejoras de ciertas físicas en los personajes que antes cantaban un poco. Aunque sin lugar a dudas, el verdadero avance a nivel técnico se muestra en la interacción entre el mar y las islas. Esa transición está exenta de tiempos de carga, por lo que no notaremos interrupción alguna causada por tediosas cargas en el mapeado. Podremos navegar, parar el navío y tirarnos por la proa al mar para nadar hacia una isla cercana con intención de explorarla, todo sin cargas de por medio, por lo que el dinamismo en el gameplay nunca se rompe durante la partida. Simplemente genial.
Assassin’s Creed 4: Black Flag está doblado y traducido al castellano, como es habitual en este tipo de producciones. Destaca su genial banda sonora, que nos zambullirá de lleno en el ambiente callanesco de la época. El acabado general es impecable, bastante rico en detalles, como la gran variedad de canciones cantadas por la tripulación cuando navegamos con el Jackdaw o cuando Edward vuelve al barco después de saquear alguna isla, ya que vitorearán al capitán al ponerse de nuevo al control del timón.
Mismo Multijugador
Assassin’s Creed 4 tiene prácticamente los mismos modos online de su predecesor, heredado en casi su totalidad con la diferencia de tener como añadidos nuevos personajes y nuevos mapeados, pero conservando todos los modos de juego que ya tenía AC3. Se ha incluido un nuevo modo online de supervivencia cooperativo a dos llamado Manada, que junto al editor de niveles Game Lab, suponen las únicas novedades destacables del multijugador. Aunque Game Lab se ha quedado un poco a medias en cuanto a lo que prometía ofrecer, ya que más que un editor de niveles parece un simple configurador standard de niveles. No es tan libre y completo como se esperaba en un principio que fuera. Aun así es un añadido interesante.
Conclusión
La experiencia no ha podido ser más positiva. Me atrevería a decir que Assassin’s Creed 4 es el juego de la saga más completo y ambicioso, mejorando muy mucho a su predecesor. Black Flag puede convertirse perfectamente y por méritos propios en el mejor videojuego de piratas jamás hecho (aunque bien es cierto que tampoco hay muchos). El galardón como mejor juego de aventuras del año obtenido hace poco en los premios VGX es totalmente merecido, en mi humilde opinión. Una campaña larga y adictiva, contenido rebosante a nivel de sidequests y coleccionables, un protagonista de lo más carismástico y socarrón, apartado gráfico que raya a un gran nivel, animaciones y recreación de la época fantásticas, una banda sonora de lo más épica y una jugabilidad a prueba de bombas… Aunque empieza a tornarse bastante repetitiva porque la fórmula tradicional funciona, pero ya no sorprende como antes. El multijugador es siempre un añadido interesante y aunque repita casi todo lo visto en AC3, es ideal para desconectar y echar unas partidas de forma eventual.
Ubisoft ha realizado, después de dos largos años, un excelente trabajo con Assassin’s Creed 4: Black Flag, con un equilibrio ideal entre la navegación y las misiones en tierra firme. Incluso me atrevería a decir que abandona un poco el concepto sandbox, para mutar así en una aventura de tomo y lomo, como las de antes, con bastante profundidad y contenido. Para futuras entregas la saga deberá reinventarse de nuevo, a través de un nuevo motor gráfico o de nuevas mecánicas en su gameplay para que no caiga en la reiteración, sin perder los estandáres principales de la franquicia. Parece complicado conseguir una nueva vuelta de tuerca para innovar y mejorar lo que parece inmejorable, pero en esto de los videojuegos ya se sabe, renovarse o morir. Toma nota, Ubi.
Artísticamente soberbio, su ambientación roza la perfección
Una aventura larga y con bastante contenido
No hay cargas entre el mar y las islas
Mecánica repetitiva, no llega a innovar demasiado