Hace prácticamente un año que Wii U, la última consola de sobremesa lanzada por Nintendo, salió a la venta. Como la mayoría sabéis, ha sido un año muy duro para la compañía nipona, ya que todo el entorno de Wii U ha estado rodeado por muy pocas luces y muchísimas sombras, todo lastrado por las pobres ventas de la consola a nivel mundial.
Cada cual puede imaginar los motivos que han llevado a la consola a esta situación y como este artículo es una opinión personal de servidor, diré lo que pienso sobre lo ocurrido. Y es que el concepto general de la consola no es nada erróneo, ofrecen una consola en alta definición (que debería haber llegado hace 6 ó 7 años como mínimo), con un mando -con pantalla táctil incorporada- que permite interactuar jugablemente añadiendo todas las características que ofrece el gamepad y jugar desde el propio mando sin hacer uso de la televisión (no en todos los juegos).
El problema es que a nivel técnico, la consola llegó muy justita. No ofrecía un hardware muy distante de lo visto en PlayStation 3 y Xbox 360 y por otro lado, está el error más gordo a mi parecer, que ha sido su nefasta estrategia de marketing y comunicación. Conservar el nombre de Wii fue un error monumental (como ya comenté en el primer podcast de Gamerologies), todo por aprovechar el brutal tirón de la marca que ya había triunfado con esas 100 millones de consolas vendidas en todo el planeta, y que sólo ha servido para confundir más a sus potenciales compradores. No saber diferenciar claramente dos máquinas totalmente distintas, dos máquinas que deben de reflejar un salto generacional entre consolas… Ese error garrafal hundió la consola antes de que saliera a la venta.
No ayudó tampoco el catálogo de lanzamiento de la consola, que si bien tuvo un par de títulos notables exclusivos como New Super Mario Bros U o ZombiU, estuvo plagado de ports de juegos multiplataformas ya aparecidos hace algún en tiempo en PS3/360. No te estaban vendiendo algo nuevo, te estaban vendiendo refritos ya vistos anteriormente como Assassin’s Creed 3 o Batman Arkham City. Grandes juegos, sí, pero no te hacen comprar una consola nueva si ya los has jugado en otras.
Ahora tenemos en estos días los lanzamientos de PlayStation 4 y Xbox One, las flamantes consolas de nueva generación. A pesar de lo que puedan pensar muchos, parece que han llegado antes de tiempo y dejando muchas dudas en todo el panorama actual consolero, y voy a explicar porqué. Tanto PS4 como Xbox One tienen un hardware muy superior a Wii U, y además parece que dan un salto importante respecto a sus predecesoras a nivel técnico, pero quizás no ha sido suficiente porque la “carrera” por llegar primero a la “pole” ha podido pasarle factura a ambas.
Tanto Sony como Microsoft se han tirado puyas continuas en los últimos meses con tal de convencer y ganarse a los usuarios indecisos para decidirse por su consola. Xbox One ofrecía un centro multimedia completo para tu salón, un nuevo y mejorado Kinect, la nube y un catálogo de juegos exclusivos más llamativos que su rival. En cambio PlayStation 4 alardeaba de muchas cosas pero sobretodo destacaban su mayor potencia bruta, funciones sociales, integración y conectividad con la malograda PS Vita y su precio, 100 euros por debajo de la consola de Microsoft. Hasta aquí todo bien… Bueno… ¿Todo?
Después de salir ambas consolas a la venta, se han registrado problemas de hardware tanto en PlayStation 4, con la muerte de la luz azul como en Xbox One con la pantalla verde de la muerte. Como veis, sugerentes y originales nombres los escogidos para referirse a esos problemas. Muchos dirán que son cosas que pasan, que es normal porque son consolas con hardware nuevo y bla, bla… Pero no señores, a estas consolas no les tocaba salir todavía. Las prisas por lanzarse antes que la competencia han dejado en evidencia a ambas compañías y sus departamentos de control de calidad y testeo de un producto aún verde y poco depurado.
Los problemas no terminan aquí, y es que el catálogo de lanzamiento de juegos exclusivos de ambas consolas ha sido mucho más bajo de lo esperado en cuestión de notas y recepción. En Metacritic (sitio web que hace una nota media de los análisis de los principales y más importantes medios del sector consolero) ha quedado patente que las prisas y el hype, no son buenos hamijos, como aquel que dice:
-Notas en Metacritic de los lanzamientos exclusivos de Xbox One: Dead Rising 3 (78) Ryse: Son of Rome (61) Forza Motorsport 5 (82) Crimson Dragon (55) Killer Instinct (74)
-Notas en Metacritic de los lanzamientos exclusivos de PlayStation 4: Knack (56) Killzone: Shadow Fall (73) Resogun (83) Super Motherload (75)
-Y si comparamos todo esto con los lanzamientos exclusivos de Wii U hace justo un año: New Super Mario Bros. U (84) ZombiU (77) Tank! Tank! Tank! (45) Nintendo Land (77) Rabbids Land (52) Skylanders Giants (80)
Estas consolas y juegos (Xbox One/PS4) deberían haber estado unos meses más de desarrollo, y así la historia habría sido bien distinta. El catálogo inicial de ambas consolas es escaso tanto en calidad como en cantidad y es una pena porque muchos de los títulos anunciados prometían lo suyo. Y digo prometían porque se han quedado en un producto muy inferior a lo que se esperaba de ellos, como es el caso de Killzone, Killer Instinct, Knack, Ryse: Son of Rome o Dead Rising 3. De los errores se aprende, y con total seguridad estas consolas acabarán teniendo un excelente catálogo a largo plazo. Digo a largo plazo porque a PS3 y a Xbox 360 les queda mucha guerra que dar aún, algo que seguramente perjudicará a PS4/One si nos referimos a juegos multiplataforma (por el coste de desarrollar doblemente y que simplemente hagan ports con mejor definición y algunas pocas mejoras).
En el foro de Gamerologies en Facebook (y en el citado podcast) he reconocido en varias ocasiones mi arrepentimiento por comprar de lanzamiento la consola Wii U hace justo un año (por el escaso o nulo catálogo que ha ofrecido hasta ahora). Por ello no voy a caer en la trampa de nuevo y no voy a comprar ninguna consola de nueva generación de lanzamiento, ya que ni PlayStation 4, ni Xbox One han sido lanzadas con un catálogo que justifique el desembolso inicial de ninguna de ellas bajo mi punto de vista. Posiblemente, dentro de varios meses o un año, el panorama podría cambiar, pero pillarlas de lanzamiento creo que no merece la pena. Ni en los juegos de salida ni en los venideros a corto plazo se verá un gran salto generacional en mi opinión, porque ver el “nuevo” Call of Duty: Ghosts a 1080p y a 60 fps puede molar, pero eso jamás justificaría la compra de una Xbox One (499 €) de lanzamiento, por ejemplo.
Todo a su debido tiempo, porque la next-gen ha pecado de eso mismo, de llegar antes de tiempo.






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